viernes, 23 de marzo de 2012

Tatuajes (II)

Y seguimos con las rosas asilvestrás...El segundo tatuaje reciente que tengo en mi cuerpo Serrano es el de la foto. Es un nombre. Un nombre importante para mi. Está traducido al élfico, más que nada para evitar que la gente lo vaya leyendo cada vez que lo vea; y también porque me encanta Tolkien, su Señor de los anillos y el Aragorn de la película (:-P). Y también porque el élfico me suena dulce, me suena a antiguo y a ancestral. Me suena a mágico y a mundos por descubrir.
Pero ése es otro tema...
Una vez leí sobre la importancia de los nombres. Era algo así como aquel que conoce el nombre de las cosas tiene poder sobre ellas. Pero no me refiero al nombre común que encontramos en el diccionario, sino al nombre primigenio, al nombre que tienen las cosas o los elementos cuando entiendes su funcionamiento, cuando conoces su comportamiento, cuando llegas a ser capaz de predecir cómo reaccionará, hacia dónde se moverá, cómo actuará, cuando entiendes su funcionamiento interno...su esencia, en definitiva.

Mi tatuaje es un nombre. Un nombre que simboliza muchas partes de mí misma a las que no quiero renunciar. Es aquella parte de mí más dulce, soñadora, valiente, salvaje, aquella que es capaz de perder el control, que aún cree en la magia, que es capaz de volar sin alas arriesgándose a caer por el precipicio; aquella que baila bajo la lluvia, la que sigue buscando llaves que abran todas las puertas, aquella parte que confía; la que se atreve a soñar con lo que su corazón anhela, la que se arriesga a parecer una tonta por amor, la que no es capaz de traicionar a su propia alma, la que se queda en el centro del fuego y no lo rehuye; la que envuelve cajas de sueños en papel de celofan azul, la que hace cursos acelerados para reparar alas rotas...

Hace un tiempo, cuando las circunstancias me colocaron delante de un precipicio, pensé en hacer desaparecer a esta parte de mi rosa asilvestrá. Si alguien tenía que caer, mejor que fuera ella. Total, era la causante de verme ante el abismo.
Al final caímos juntas. No sé si nos hicimos más fuertes, pero lo que sí sé es que hay que aprender a levantar el vuelo, hay que aprender a no renunciar a seguir siendo rosas asilvestrás.

martes, 20 de marzo de 2012

Indi, cuqui, gatito lindo...y sucedáneos

Este es mi gato Indi. Es siamés. Me lo regalaron cuando tenía dos meses y ha estado viviendo conmigo durante 18 años. Es como cualquier otro gato pero con una gran diferencia: me ha acompañado en muchas etapas de mi vida y le he querido con locura. Se vino conmigo cuando me fui de casa de mis padres a vivir en un piso compartido con amigas; se vino también cuando me independicé de mis amigas y me fui a vivir sola. Continuó conmigo cuando me casé y me volví a cambiar de casa, y siguió conmigo cuando me separé y volví a estar soltera.
A parte de eso, me lo he llevado de vacaciones, le he hablado, he bailado con él, me ha visto desnuda (que más de uno quisiera, jeje), me ha acompañado, me ha visto reír, también me ha visto llorar, me ha arañado, me ha lamido, me ha buscado (y yo a él), se ha perdido y lo he encontrado en más de una ocasión, me ha dado alegrías y algún que otro disgusto, me ha hecho enfadar y me ha hecho correr. Ha dormido conmigo más veces de las que puedo recordar y no ha habido un sólo día en que no haya estado siempre ahí.

Hoy hace seis meses que murió. Lo echo de menos. Echo de menos tener la casa llena de pelos. Echo de menos llegar a casa y no dedicar los primeros 5 minutos a buscarlo simplemente para decirle -Hola cuqui, ya estoy aquí. Echo de menos coger un jersey del armario y maldecir en arameo por no poder ponérmelo y llevarlo directamente a la lavadora (tenía la costumbre de meterse en el armario a dormir durante horas y a dejar toda la ropa limpia llena de pelillos blancos) (aunque también valga decir que yo le facilitaba la faena dejándole la puerta abierta) . Echo de menos su olor después de tomar el sol (quien tenga gato me entenderá). Echo de menos acariciarlo (no he vuelto a tocar a ningún otro gato, no por nada, simplemente porque no he tenido la ocasión). Echo de menos sus bostezos. Echo de menos su calor. Echo de menos su presencia. Echo de menos nuestros bailes y nuestros monólogos. Echo de menos tocar las almohadillas de debajo de sus uñas. Echo de menos hasta a la veterinaria!

Hoy hace seis meses que murió. Por eso hoy se merece esta entrada en el blog.


domingo, 18 de marzo de 2012

La historia de Kvothe

Desde hace dos años estoy enganchada a una trilogía de un autor llamado Patrick Rothfuss. "El nombre del viento" es el título del primer libro (publicado en el 2009) y "El temor de un hombre sabio", el segundo (2011). El tercero aún no ha salido a la luz.
Es la historia de Kvothe, un personaje legendario a medio camino entre el héroe y el villano, que todos dan por muerto, cuando en realidad vive con un nombre falso en una posada apartada y humilde, de la que es propietario. Nadie sabe quién es, hasta que una noche un viajero le reconoce y le pide que le revele su historia, la verdadera, a lo que finalmente Kvothe accede. Y explicarle su historia le llevará tres días, que son los tres libros de la trilogía.

Y Kvothe explica su historia. Su historia de la búsqueda de los Chandrian, aquellos que mataron a su familia; sus inicios en el arte de la magia, llamada simpatía azul. Y su búsqueda inagotable del nombre del viento.

Simplemente Kvothe. Y así sigo...esperando la historia del tercer día...

"He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. he hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos. Me llamo Kvothe. Quizás hayas oído hablar de mi"








domingo, 11 de marzo de 2012

Holi 2012!

Y por fin llegó el HOLI!!!! La fiesta india del color, de la alegría, de las buenas vibraciones, de la bienvenida primavera!
¿Y qué es el Holi? Existen varias leyendas relacionadas con el Holi. Una de ellas cuenta la historia de un rey-demonio muy poderoso con un nombre impronunciable para mi, Hiranyakashyap. Se consideraba a sí mismo un dios. Se quedó indignado cuando su hijo Prahlad empezó a venerar al señor Visnú. Para deshacerse de su hijo le pidió a su hermana Holika de meterse en un fuego llameante llevando a Prahlad en su regazo, ya que ella poseía un don divino que la hacía invulnerable a este elemento. Por ayudar a su hermano en un acto tan cruel, ella perdió su don en el acto, mientras Prahlad se salvó gracias a su profunda devoción a Visnú.
Otra leyenda relata que Krishna se divertía mucho aplicándoles colores a su amante Radha y a las gopis (devotas de Krishna).

Por eso en la India, unos días antes del festival las tiendas se llenan de montañitas de polvos de colores, que se pueden comprar a granel y la gente junta madera para recordar la cremación de Holika en inmensas hogueras, que se encenderán en las calles en la noche de Holi. Cuando llega el gran día, todos se visten de ropa blanca para salir a la calle a jugar a tirar polvos y aguas de colores unos a otros. El acto de acabar con el cuerpo irreconociblemente colorido también es un símbolo de hermandad e igualdad. Las diferencias de casta, religión, estatus y sexo desaparecen debajo de las capas de colores y se da vía libre para disfrutar y celebrar con pleno entusiasmo.

En mi ciudad está la Asociación Catalana de Bollywood, que es donde yo voy precisamente a eso...a bailar bollywood! Hacemos coreografías, bailamos, nos reímos y pasamos un buen rato. Luego nos pasamos por las fiestas mayores de los barrios, nos vestimos de indias (de punto, no de plumas) y bailamos para animar la fiesta! Y en el Holi también...por supuesto, ya que es nuestra gran fiesta!
Son la caña en mayúsculas, ya que son capaces de montar un tinglado como éste. Cientos de quilos de colores, una plaza llena, llenísima de gente, vestida de blanco, y dispuesta a bailar a ritmo de bollywood durante horas y horas.
Hace ya unas cuantas horas que he llegado a casa pero aún tengo el sonido de la música en mi cabeza, leves rastros de colores que el agua no ha conseguido llevarse y un montón de sensaciones recorriendo todos los poros de mi cuerpo. Ha sido un "Happy Holi" que he disfrutado con gente que quiero. Estoy hecha polvo de tanto polvo (de color), pero inmensamente feliz!

sábado, 3 de marzo de 2012

Patchwork!

Una de mis aficiones y a la que dedico cierto tiempo libre es el patchwork. Hace casi tres años que empecé y aún sigo ahí. Todo empezó cuando un día una compañera del cole trajo un "quilt" (una colcha) que había hecho ella y nos lo enseñó. Me quedé alucinada y le dije que yo también quería hacer algo como eso. Durante dos años me estuvo rondando la idea por la cabeza, iba y venía cada cierto tiempo...pero quizás no encontraba nunca el momento para buscar, para decidirme...
Finalmente, en el verano en que decidí separarme y volver a ser soltera, me volví a convertir en cierta manera en una rosa asilvestrá y me dije que aquel era el momento para hacer lo que más me viniese en gana. Y fueron muchas cosas... y entre ellas, el patchwork.
Esta es una pequeña muestra de los proyectos que he hecho hasta ahora. Menos mal que les hago fotos cuando los acabo, porque la gran mayoría son pequeños obsequios que he ido regalando.
Es curioso...tengo una pequeña teoría...cuando llega el momento de empezar un nuevo proyecto, si sé que lo voy a regalar, siempre pienso en la persona que lo recibirá. Y pienso en esa persona mientras dibujo la cuadrícula, mientras escojo las telas, mientras corto y coso... desde el principio hasta el final. De esa manera tengo la sensación que cada cosa que hago tiene un poco de mí y un poco de esa persona que finalmente lo disfrutará... Cada pequeño trabajo tiene un poco de alma, tiene un nombre, y ese nombre no se puede cambiar. Un día ya hablaré de la importancia de saber el nombre de las cosas...
En fin...que me ha costado un montón hacer el vídeo y aún no sé ni cómo lo he colgado aquí...Pero tiene hasta música!! (la que vale, vale).