miércoles, 29 de agosto de 2012

La Educación Prohibida

"Una película sobre la educación centrada en el amor, el respeto, la libertad y el aprendizaje"


viernes, 17 de agosto de 2012

Que se acabe ya el verano!

Lo que hace el verano y el tiempo libre no tiene nombre...No me gusta el calor, quien me conoce ya lo sabe. Mi estación preferida es el otoño: me encanta la caída de las hojas, los colores del bosque, el olor que dejan las primeras lluvias a tierra mojada, las calabazas, las castañas, la luz que se transmite y los primeros fríos. Es la estación de las cosechas, de la vuelta a la calma, de la reflexión y de los encuentros. Hay gente que le parece una estación melancólica, pero a mi me encanta y me da una energía tremenda de hacer cosas.

El verano no está mal: por lo de las vacaciones y el tiempo libre. Lo de la calor hasta ahora era algo bastante físico...huyo del sol, de la transpiración, de las caricias y los sobeteos. Duermo mal y poco (con lo que eso conlleva de mala hostia), y echo de menos el nórdico en la cama y dormir con las ventanas cerradas. Este año, a parte de algo físico, creo que la calor también me está afectando a nivel neuronal...¿porqué estoy tan segura? Porque me pasan cosas raras, muy raras y poco habituales en mí. Llevo tres días encerrada en la cocina!!! Y no haciendo crucigramas, que no, que aunque me gustan y es precisamente en verano cuando los hago, pero no es el caso. Llevo tres días metida en la cocina...cocinando! Toma ya! Quién me lo iba a decir?
Que vaya por delante y que conste que no cocino mal. Todo lo que hago me sale bueno. Pero, digamos que no es mi pasatiempo preferido el quedarme toda una mañana preparando arroces, pastas, cocidos...o lo que sea.
Por eso empiezo a estar algo preocupada. Porque mi cabeza ve tomates o pimientos y se va sola...
               - Mira, voy a comprar unos cuantos pimientos rojos para hacer una mermelada (???). Y, anda, qué tomates!! Venga tres kilos para hacer una salsa de tomate frito casera (???). Y luego lo envasaré todo al vacío para guardarlo en la despensa! (???)

Joerrrr...qué me pasa?? Pero si yo nunca he hecho mermeladas ni tomate frito casero, y mucho menos envasar nada al baño María (esta es una palabra de abuela...baño María)!!
Pero lo cierto, y lo peor de todo, es que me está gustando. Me está gustando meterme a la cocina, y no sólo para hacer crucigramas. Por eso pido que se acabe ya el verano...que vuelva el frío, el nórdico, y la pereza de cocinar!
Que alguien me salve de esta locura...que a mi NUNCA ME HA GUSTADO COCINAR!!



miércoles, 8 de agosto de 2012

Cerrando círculos

Hace mucho tiempo leí un escrito sobre la necesidad y la importancia de ir cerrando círculos, cerrando puertas, historias, capítulos de nuestra vida. Decía algo así como que no podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, desprenderse. Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regreses será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.

A lo largo de mi vida he ido cerrando círculos. Algunos me han costado más que otros, y aún hay círculos de los que me cuesta desprenderme con facilidad, o de los que todavía no siento esa necesidad, porque todavía duelen, o porque aún los quiero presentes en mi vida, o porque tal vez todavía no tengo la suficiente fuerza o valentía para decir adiós.

Hace dos días cerré un círculo. Un círculo importante que me ha costado once años y que nunca creí que podría llegar a cerrar. Me encontré a media mañana con un sentimiento de profundo agradecimiento por todo lo recibido y deseando con todo mi corazón una felicidad plena y absoluta.
Alguien me dijo una vez que si el amor es puro y verdadero, desearás la felicidad total de esa persona, independientemente de si esa persona permanece a tu lado o no. Cuando deseas el bien y todo lo mejor para la persona amada, aunque vuestros caminos se separen, eso os hace a los dos más libres y más fuertes. Porque cada uno tiene que ser quien es.
Ya no duele recordar. Y eso es tan importante como el aire que respiro. Sólo me queda el agradecimiento. Dar las gracias.

"Gracias J. por despertar partes de mí que ni conocía. Gracias por desvelarme misterios y abrirme caminos. Gracias por el amor que he recibido. Por las enseñanzas. Por la pasión. Por el dolor. Por el ejemplo. Por hacerme creer en la magia. Por las alas. Por las llaves que han abierto puertas escondidas. Por la luz. Por tu sonrisa. Por la valentía. Por las risas. Gracias por creer en mí. Gracias por ser, en cierta manera, mi maestro.
Ahora sé que si algún día nos volvemos a encontrar podré mirarte sin que me duela, sin que me invadan los recuerdos y podré abrazarte para desearte lo mejor de todo. Lo único que verás será una mirada de profundo agradecimiento por todo lo que me has dado y un deseo sincero de que seas realmente feliz. Desde una serenidad absoluta podré mirarte a los ojos y preguntarte que qué tal estás. Y me sentaré feliz a tu lado a escuchar aquello que quieras explicarme."

Y los dos seremos más libres y más fuertes.
No olvidemos nunca que somos importantes. Que no hay nadie como tú en este mundo y nunca lo habrá. Cada ser es excepcional y único. No lo olvidemos. No lo olvides.
Círculo cerrado.